ORACIONES SEGUNDA SEMANA DE JUNIO 2016
Un abrazo que acaricia el alma...

Un abrazo que acaricia el alma...
Quiero ser como tú, María:
Alegre, para que los que viven junto a mí sean más felices.
Prudente, para que mis palabras no causen heridas.
Orante, para escuchar la voz del Señor.
Sencillo, para no dejarme engañar por el escaparate de la sociedad.
Valiente, para no acobardarme ante las dificultades.
Con las manos abiertas, para dar aquello que otros necesiten
Afable, para tratar a los demás con respeto y cariño.
Limpio, para no juzgar por las apariencias.
La Virgen nos sostiene en el camino de la vida. Las personas no podemos caminar en solitario. María, con sus brazos, nos anima y nos empuja para encontrar el camino de la felicidad. Ese camino nos lleva a Jesús.
María es ejemplo de disponibilidad (la que dijo SÍ), de obediencia y confianza en Dios, de amor y servicio en familia, de sencillez y trabajo...
María contemplaba a su hijo que “crecía en edad, en sabiduría, en bondad ante Dios y los hombres...”; la satisfacción de una madre es ver hacerse a su hijo
Aplicado a nosotros, lo que espera María (su satisfacción) es que crezcamos como personas, conscientes y responsables.
María es Madre de misericordia. La Virgen María es como un signo visible y eficaz del amor maternal con que Dios nos ama.
A lo largo de este mes de mayo no olvidemos dirigirnos a ella:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra...